jueves, 14 de diciembre de 2017

Psicofonías en La Barbera.

XIII relato de “La Barbera. Una burbuja en el tiempo” o “Cuando los límites se entrecruzan”.

Los relatos anteriormente expuestos, podrían parecer relatos novelescos, pero no lo son. No son una serie de historias inventadas, ni cuentos para impresionar. Son hechos que algunas personas entre las que me encuentro, hemos vivido. Todo lo contado, fueron experiencias reales.
En el año 2008, un equipo del SEIP (Sociedad Española de Investigaciones Para-psicológicas), estuvo investigando en la mansión de La Barbera. Fue una cálida noche la que eligieron, e instalaron una serie de aparatos por la casi totalidad de la zona noble del primer piso.

       La puerta junto a las fotografías da acceso a la sala utilizada para el control de grabación.

Sensores de movimiento, termómetros, micrófonos ultrasensibles, monitores de vídeo, cámaras de grabación, detectores de energías, ordenadores con los últimos programas sobre psicofonías, etc. Todo un despliegue de materiales y de gente profesional se dio cita en la casa para captar la señal que indicara la presencia de alguna rara o extraña energía.

                                      Fenómenos poltergeist. Pedro Amorós

Eran tres miembros del SEIP (Pedro Amorós y dos colaboradores suyos) y ocho o nueve personas más entre autoridades, funcionarios y personajes allegados, mi hijo y yo tuvimos la suerte de encontrarnos allí. En una de las habitaciones se montó el control de todo, y allí mismo se levantó un acta con las identidades de todos los que estábamos presentes.
Para evitar en lo posible la filtración de ruidos externos en las grabaciones, demoraron el comienzo hasta la una de la madrugada.

                       La peligrosidad que encierran las psicofonías. Pedro Amorós

Las alarmas de los sensores de movimiento saltaron en multitud de ocasiones, sobre todo una colocada en la habitación que fue de Don Pedro. Un termómetro instalado en la misma estancia, en un par de ocasiones, bajó cuatro grados en menos de un minuto. Sensores de energía que emitían pitidos cuando los acercaban a cualquier persona, pitaban cuando eran colocados en algunas puertas o en algún sector de las paredes. Se analizaron campos electromagnéticos y se hicieron fotografías, captando nebulosas en varias de ellas.

                              Habitación de La Barbera donde murió Don Pedro

Se hicieron varias grabaciones de tres minutos de duración, con un silencio sepulcral y en tres aparatos distintos. En alguna de ellas se grabaron palabras que los técnicos distinguieron y entendieron de inmediato como “gentuza” o “els xiquets” (los niños), los demás lo oímos, pero nos costó un poco más entenderlas.
El momento de máxima actividad, reflejada en todos los aparatos allí expuestos, fue el período entre la una y media y las dos. A partir de ahí fueron decreciendo hasta prácticamente desaparecer.

                                      laeradelaconcienciablog.wordpress.com

Todos los presentes fuimos testigos de todo cuanto allí sucedió y los técnicos del SEIP, al momento, nos enseñaban y explicaban cualquier incidencia o acontecimiento que se producía.

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